El desafío de la adiposidad en el Síndrome de Ovario Poliquístico
El Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) es una condición compleja que combina alteraciones hormonales, metabólicas y reproductivas. Muchas mujeres con SOP tienen más dificultad para regular el peso, y esa adiposidad —el exceso de tejido graso corporal— puede agravar los síntomas, como la falta de ovulación, el exceso de andrógenos o la resistencia a la insulina.
Por eso, perder peso suele ser una de las primeras recomendaciones médicas para mejorar tanto la salud metabólica como la fertilidad.
Sin embargo, quienes lo intentan saben que no es un camino sencillo. Los programas de pérdida de peso en mujeres con SOP muestran con frecuencia altas tasas de abandono y dificultades para mantener los resultados a largo plazo.
En este artículo repasamos qué dice la evidencia científica y por qué este proceso puede ser más complejo de lo que parece.
Cuando perder peso no es solo cuestión de voluntad
Un estudio clínico con 183 mujeres con SOP y sobrepeso comprobó que, incluso con intervenciones estructuradas que combinaban dieta, ejercicio y terapia cognitivo-conductual, hasta un 63% de las participantes abandonaron el programa antes de completarlo (Jiskoot et al., 2020).
Los motivos no son solo físicos. Estudios posteriores han mostrado que la depresión, el exceso de peso inicial y ciertos perfiles hormonales pueden dificultar la adherencia y el éxito (Jiskoot et al., 2022). Es decir, no basta con cambiar la dieta: hay que entender el contexto emocional y metabólico de cada mujer.
También se ha visto que muchos programas fallan por falta de acompañamiento continuado. Las mujeres suelen lograr una mejoría inicial, pero sin seguimiento conductual o refuerzo motivacional, los resultados tienden a perderse con el tiempo (Nicholson et al., 2010).
Qué funciona realmente: el enfoque multidisciplinar
La ciencia es clara: los programas más eficaces combinan nutrición, ejercicio y apoyo psicológico.
Este tipo de acompañamiento integral no solo ayuda a perder peso, sino también a mantenerlo.
Además, el uso de herramientas tecnológicas (como recordatorios o seguimiento por mensajes) ayuda a sostener la motivación y mejorar los resultados a largo plazo.
Evaluar la salud mental y los hábitos alimentarios antes de iniciar un plan también es fundamental. Las mujeres con SOP que presentan síntomas depresivos o que comen de forma emocional suelen necesitar un enfoque más personalizado.
Otro punto importante es ajustar las expectativas: una pérdida de peso del 5 al 10% puede ser suficiente para mejorar la ovulación, los niveles hormonales y la sensibilidad a la insulina (Hazlehurst et al., 2022).
¿Por qué los programas fallan con tanta frecuencia?
Cada mujer con SOP es distinta, y eso hace que la respuesta a los tratamientos no sea uniforme.
Además, los programas muy cortos suelen ser insuficientes, y los largos pueden resultar agotadores si no hay apoyo psicológico.
También hay que considerar la parte emocional: muchas pacientes buscan resultados rápidos en su fertilidad. Si no ven cambios inmediatos, la frustración puede llevarlas a abandonar, aunque las mejoras metabólicas estén ya en marcha.
Por otro lado, los programas más completos requieren equipos especializados, tiempo y recursos, algo que no siempre está disponible en todos los entornos clínicos.
Cuidar el cuerpo… y también la mente
En Instituto FIVIR lo vemos cada día: perder peso con SOP no se trata solo de comer menos o hacer más ejercicio.
Requiere acompañamiento, empatía y seguimiento profesional.
Por eso, nuestros programas de control de peso y fertilidad se apoyan en un equipo multidisciplinar formado por especialistas en reproducción, nutrición, endocrinología y psicología.
El objetivo no es solo bajar números en la báscula, sino recuperar el equilibrio hormonal, mejorar la calidad ovocitaria y aumentar las opciones de embarazo saludable.
Porque cada pequeño avance cuenta, y cada cuerpo tiene su propio ritmo.