Las técnicas de reproducción asistida (TRA) requieren la aplicación de tratamientos especializados para seleccionar los espermatozoides de mayor calidad. El procesamiento del semen en el laboratorio de andrología busca imitar las condiciones fisiológicas naturales, lo que se logra mediante la capacitación espermática. Este procedimiento permite eliminar el líquido seminal, los espermatozoides inmóviles, las células inmaduras y muertas, y concentrar y seleccionar los espermatozoides con mayor movilidad, que son, en teoría, los que tienen una mayor capacidad fecundante.
La capacitación espermática se realiza tanto durante el estudio de la pareja estéril, para orientar la técnica de reproducción asistida más apropiada, como durante el propio tratamiento, facilitando la inseminación intrauterina o la fecundación de ovocitos en procesos de fecundación in vitro (FIV) o microinyección espermática.
Técnicas de capacitación espermática
Existen dos técnicas principales para la capacitación espermática: los gradientes de densidad y la técnica de swim-up.
Los gradientes de densidad se basan en la capacidad de los espermatozoides para atravesar líquidos de alta densidad. Los espermatozoides de mejor calidad, con mayor movilidad y viabilidad, logran superar estas barreras, permitiendo su selección.
Por otro lado, la técnica de swim-up se fundamenta en la capacidad de los espermatozoides móviles para ascender hacia el medio de cultivo. Solo los espermatozoides con buena movilidad son capaces de llegar a la superficie del medio, facilitando su recolección y uso en procedimientos de TRA.
Evaluación de la muestra seminal
Tras la capacitación espermática, se evalúa nuevamente la muestra seminal capacitada mediante el recuento de espermatozoides móviles recuperados, conocido como REM (Recuento de Espermatozoides Móviles). El REM es un factor crucial para determinar el tipo de tratamiento más adecuado para una pareja.
En parejas sin factores femeninos que contraindiquen la inseminación intrauterina, un REM de 3 a 5 millones por mililitro es generalmente el punto de corte por debajo del cual se desaconseja este tratamiento. Sin embargo, cada centro debe evaluar sus propios resultados y ajustar este límite si es necesario.