Todos lo sospechábamos e incluso había datos a favor de que la fertilidad femenina se veía influida por el estrés.
Ahora, a esos datos iniciales basados en encuestas a pacientes se unen las conclusiones obtenidas por un trabajo publicado recientemente en el que se cuantifican las concentraciones de unos biomarcadores de estrés.
Los autores concluyen que hay evidencias científicas que apoyan la recomendación de promover la relajación en las parejas que planifican un embarazo y que ello redundaría no sólo en una mayor posibilidad de gestación, si no en una disminución de diferentes efectos adversos durante el embarazo.