vivo en constante renovación que mantiene un equilibrio muy delicado entre los
procesos de formación y de destrucción tisular.
en el metabolismo óseo es el de la formación, y a partir de esta edad, el
proceso predominante es el de destrucción, de forma que, en condiciones
normales, a partir de los 35-40 años, se estima que perderemos el 0.5% de la
masa ósea anualmente.
ósea y deberíamos ser conscientes de que está en nuestra mano favorecerla ya
que, si en las edades jóvenes hemos sido capaces de acumular una buena cantidad
de masa, aún con la pérdida inexorable que se producirá con el paso de los
años, se evitará padecer en el futuro osteoporosis.
calcio y, como curiosidad, apuntemos que el esqueleto almacena aproximadamente
1.2 kg de este mineral.
otras moléculas, va a intervenir en multitud de reacciones enzimáticas y
metabólicas y, cuando no hay suficiente aporte en la dieta, nuestro organismo
se encargará de extraerlo del hueso, debilitando el esqueleto.
los huesos es a través de la acción de la vitamina D, por lo tanto, el aporte
de calcio y de vitamina D serán fundamentales para mantener un esqueleto sano.
lácteos y sus derivados, y respecto a la vitamina D, es producida por la piel
con la exposición directa a los rayos ultravioleta de la luz solar (se
considera que una exposición diaria de 20 minutos es suficiente para el aporte
adecuado de la vitamina D).
situaciones especiales como el embarazo.
de ingesta de calcio diarias:
Hasta el primer año de vida: 400-600 mg/día
Del primer al quinto año de vida: 800 mg/día
De los cinco a los diez años de vida: 800-1000
mg/día
Durante la adolescencia: 1200 mg/día
En la edad adulta: 800 mg/día
Durante el embarazo y la lactancia: 1200-1400
mg/día
En la menopausia y la senectud: 1200-1600 mg/día