pasado, el origen tanto en la mujer como en el hombre. Se estima que el 40% de
los problemas de una pareja para lograr descendencia tienen una causa femenina, el 40% masculina y el 20% restante son motivos desconocidos. Uno de los problemas
más complicados de afrontar en el caso del varón es la escasez o ausencia (azoospermia)
de espermatozoides en el eyaculado. Pero la medicina reproductiva recurre en la
actualidad en sus tratamientos a diversas técnicas con las que se intenta “salvar”
este escollo cuando una pareja quiere tener un hijo que no logra de forma
natural.
dos técnicas más adecuadas en el caso que nos ocupa. También se usan en el caso
de que un varón que en el pasado se sometió a una vasectomía, haya cambiado de
opinión y quiera descendencia. La biopsia testicular supone la punción de los
testículos en busca de tejido y de los espermatozoides que no se hallaron en la
muestra presentada por el varón. Es una intervención relativamente sencilla que
se realiza con anestesia local. Si la cirugía logra extraer espermatozoides,
éstos se analizarán y podrán congelarse para ser usados en el futuro para realizar un ICSI,
una fecundación in vitro en la que se recurre a un solo espermatozoide para
fertilizar el óvulo. Es una técnica reproductiva
usada, entre otros casos, cuando la calidad espermática no es la idónea. En la
aspiración de epidídimo, por otra parte, la extracción de espermatozoides, si
los hubiera, se realiza en el epidídimo
y no del testículo.
espermatozoides con una finalidad reproductiva como para buscar un diagnóstico
que aclare la causa de la escasez o ausencia de éstos. En reproducción asistida
un buen diagnóstico es el mejor primer paso para lograr el éxito deseado en los
tratamientos.